Podría contarte muchas cosas sobre mí, pero te servirían de bien poco.
Y como aquí la cosa va de ser honesta, no nos engañemos, sé que lo que realmente quieres saber es qué tengo para ti en la manga.
A los 8, vendí mi primera nevera en la tienda de mis padres, o eso creía.
De ese intercambio, yo me llevé unas palmaditas y mi madre cerró la venta recomendando el mismo producto que yo le recomendé como ideal a ese mismo cliente.
Aún no había entendido que vender por características no era una buena idea y si faltaba (por razones obvias) la autoridad, peor aún.
Sí, empecé muy precoz, aún no existían las inspecciones de trabajos, y ser la pequeña de 4 hace que ruedes cual peonza.
A los 17 hice la negociación más difícil de mi vida, y la gané, pero no significa que fuera un triunfo, o sí, depende.
Ese es precisamente el problema de no entender las piezas, y de no mirar hacia dentro.
De esto y de lo que aprendí en esa negociación (con mi madre, muy Almodovariano todo) te hablaré en un mail que lo he titulado, el verano que empecé a abrir melones.
A los 21 acabé montando el departamento de formación para vendedores de Olympus España.
En pocos meses aplicando un sistema de segmentación paso a paso, las ventas aumentaron casi un 500%… y yo no era ni consciente de la maravilla que estalló con un sistema tan sencillo.
No te voy a mandar clases magistrales de nada.
No quiero que te duermas leyéndome o escuchándome (sí, lo entendiste bien, tienen diferentes formatos).
Ni quiero cebarte con información de relleno. Iremos al grano y a lo práctico. Verdades como panes y de la vida misma.
Abriremos muchos melones y serviremos debates, agitaremos mentes, y hablaremos de mil temas, todos con un nexo común, la psicología humana y la comunicación.
Te va a servir para vender tu proyecto, para ganar el aumento de sueldo, para negociar tu piso nuevo (sí, me ahorré un pastón) o para conseguir el lado de la cama que prefieres.
Vender es lo que tiene, que sirve pa tó.
Una vez entiendes como se articula y como pensamos, ahí ya se te abre la puerta grande.
Cuando te inscribes recibes un correo, una vez. a la semana, seguramente en domingo dominguete. Puede que algún día llegue antes o después.
Es lo que tiene que los escriba una persona y no un robot.
Honestidad radical querida, que vender no es mentir. Y ya tu sabes, sin no vendes, no emprendes.
PD.: Si eres hombre y entiendes que escriba en femenino, esta newsletter, también es para ti.
Aquí no recibirás ningún mail de academia de ventas.
Aquí recibirás verdades como panes sobre la venta y la vida misma.
Y por qué no, también te podrás echar unas risas.